De hobby a profesión: los videojuegos como carrera real

Jugar videojuegos ya no es solo un pasatiempo: es una industria multimillonaria.
Los eSports, transmisiones por Twitch y la creación de contenido han transformado el juego en un oficio. Hay jugadores profesionales que ganan más que futbolistas de primera división.
Las universidades ofrecen carreras y diplomados en desarrollo de videojuegos, diseño narrativo e incluso estrategias competitivas. Países como Corea del Sur o Canadá lideran esta revolución cultural.
Para muchos jóvenes, los videojuegos representan un espacio de expresión y colaboración. Formar un equipo, competir y entrenar requiere habilidades similares a las del deporte tradicional.
La clave es la profesionalización. Con reglas claras, entrenadores y marcas auspiciadoras, el mundo gamer ha logrado lo que antes parecía imposible: convertir la diversión en una carrera rentable y respetada.