Antofagasta: condenan a penas de entre 10 años y 15 años a autores de robos, receptación y hurto de vehículos

 Antofagasta: condenan a penas de entre 10 años y 15 años a autores de robos, receptación y hurto de vehículos

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Antofagasta condenó a penas efectivas a Manuel Andrés Cortés Díaz, Cristofer Andrés Reyes Ávalos, Abel Leopoldo Alegría Marchant y Mauricio Jovanni Heuritt Feliú por su responsabilidad en los delitos de robo con violencia, robo de vehículos, receptación de vehículos y hurto de vehículos. Ilícitos perpetrados entre agosto de 2018 y mayo de 2019, en la ciudad.

En fallo dividido (causa rol 228-2020), el tribunal aplicó además las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares durante duren las condenas.

En la causa, el tribunal condenó a Cortés Díaz a 15 años y un día de presidio, en calidad de autor de cuatro delitos de receptación de vehículo, un robo de vehículos, dos robos con violencia e intimidación y receptación de especies.

En el caso de Reyes Ávalos, el tribunal lo condenó a la pena de 15 años y un día de presidio, como autor de dos delitos de robo con violencia, un hurto de vehículo y dos receptaciones de vehículo.

En tanto, Heuritt Feliú deberá purgar 10 años y un día de presidio, como autor de dos delitos de robo con violencia.

Finalmente, Alegría Marchant deberá cumplir 10 años de presidio, más el pago de una multa de 20 UTM, como autor de 12 delitos de receptación de vehículos.

El tribunal dio por acreditado que en al menos 7 ocasiones, entre 2018 y 2019, los condenados sustrajeron vehículos, maquinaria pesada, herramientas industriales, entre otras especies desde las instalaciones de las empresas Edyse, ubicadas en el sector La Negra; Visol Limitada, Engie, RSM de camino a Mejillones; la mina Santa Rita, en las cercanías de Taltal, la empresa Remavesa de Mejillones, las que trasladaban a la comuna de San Javier y luego a la localidad de San Clemente, donde procedía a cambiar las placas patentes de los vehículos para ponerlos en venta. Los vehículos que no alcanzaron a vender, fueron encontrados en los domicilios de parte de los condenados, con placas patentes diversas de las originales.