El transporte aéreo busca reducir su huella de carbono con biocombustibles
Aerolíneas y fabricantes aceleran el desarrollo de combustibles sostenibles ante nuevas regulaciones ambientales.
El sector aéreo enfrenta presión global para disminuir sus emisiones, responsables del 2% del CO₂ mundial. En respuesta, varias aerolíneas anunciaron inversiones en biocombustibles de segunda generación y en motores híbridos eléctricos.
Empresas europeas y estadounidenses trabajan junto a universidades en el uso de residuos agrícolas y algas como materia prima para producir combustibles sostenibles.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) informó que el uso de biocombustibles podría reducir las emisiones hasta en un 80% en comparación con el queroseno tradicional.
Sin embargo, los altos costos de producción y la falta de infraestructura de abastecimiento continúan siendo un desafío. Solo el 0,2% del combustible utilizado por la aviación mundial proviene actualmente de fuentes sostenibles.
Los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos han lanzado incentivos fiscales y subsidios para acelerar la transición energética del sector.
Se espera que para 2030, al menos el 10% del combustible utilizado por vuelos comerciales provenga de biocombustibles certificados, marcando un punto de inflexión en la historia de la aviación.