Casi 4 mil alumnos han dejado de asistir a clases en la Región de Antofagasta

 Casi 4 mil alumnos han dejado de asistir a clases en la Región de Antofagasta

Son cerca de cuatro mil los estudiantes de nivel escolar y preescolar, los que en la región de Antofagasta han sido retirados de sus establecimientos educacionales debido a la pandemia y a los efectos económicos que este fenómeno trajo consigo.

La pérdida del empleo, el miedo a contagiarse y el poco acceso a internet por parte de algunos estudiantes más vulnerables, son entre otras razones, las causas principales de esta deserción estudiantil que hoy afecta a alumnos de todo tipo de colegios.

Así lo expuso el seremi de Educación Hugo Keith, quien evidenció que en colegios particulares también hay una alta deserción.

“Hemos podido ver que en aquellos establecimientos con hartos retiros, el efecto pandemia y las consecuencias económicas claramente influyen en la decisión, pese a todas las medidas que se han tomado. Para aquellas personas que perdieron su empleo, pagar un colegio que mensualmente cuesta 400 mil pesos, se escapa a su realidad”, sostuvo.

La crisis sanitaria evidenció aún más las diferencias de acceso y oportunidad en los estudiantes. Quienes no contaban con internet móvil, o un computador en su casa, se vieron obligados a seguir el proceso educativo apoyados por guías o dejaron de estudiar. Con eso en mente, la pandemia también fue una oportunidad para que docentes y académicos desarrollaran formas creativas de poder evitar la deserción.

Una de ellas, fue la que realizó Nancy Cortés, profesora de educación física en la Escuela Básica General Manuel Baquedano (sector centro-norte), quien con más de 26 años de carrera, 24 de ellos en establecimientos municipales, sabe de primera fuente lo complejo que puede llegar a ser las realidades de la plana estudiantil.

El hecho de ver como sus alumnos, mediante el método remoto, comenzaban a quedarse sin clases por tema de acceso, fue algo que la impulsó a realizar una campaña para donar 120 celulares en su escuela para que sus estudiantes pudieran conectarse y así evitar más deserciones. “Si nosotros no hubiésemos hecho esa campaña, los niños no habrían tenido conectividad para sus labores educacionales. La campaña nos permitió mantener el contacto con los niños en algunas clases para guiarlos un poco más en esta modalidad de trabajo a la cual no estaban acostumbrados. Ninguno de nosotros lo estaba”, precisó.