LAS 5 RAZONES QUE EXPLICAN EL FRACASO DEL SISTEMA DE REPARTO

 LAS 5 RAZONES QUE EXPLICAN EL FRACASO DEL SISTEMA DE REPARTO

Quienes critican al actual sistema de ahorro individual suelen hablar de las bondades del llamado sistema de reparto. Pero lo único bueno de éste son sus intenciones: ha fracasado en todas partes del mundo y también en Chile antes de 1981. Acá las principales razones.

1. Una población que envejece: esta es una tendencia mundial a la que Chile no está ajeno. Cada vez nacen menos niños porque las familias tienden a ser más pequeñas; y al mismo tiempo, los adultos mayores viven más porque las condiciones de vida mejoran y los avances de la medicina llegan a más personas. Esto significa que cada vez serán menos los trabajadores activos que tendrán que hacerse cargo de un número creciente de pensionados. En 1980 había 10 trabajadores activos por cada pensionado. Hoy sólo hay 3,4 cotizantes por cada pensionado. Y para el año 2045 se proyecta que habrá apenas dos trabajadores activos para pagar la pensión de cada persona jubilada. No flota por ningún lado.

2. Arbitrariedad: si se elimina el derecho de propiedad sobre los fondos de pensiones, los fondos pasan a ser “de todos”. Pero lo usual es que cuando las cosas son de todos terminan siendo de nadie. O más bien de los políticos de turno, que pueden administrarlos de manera arbitraria a través de, por ejemplo, la entrega de pensiones de gracia por consideraciones ajenas al sistema, una tentación clásica en los sistemas de reparto. Si se respeta que cada trabajador es dueño de sus ahorros, es virtualmente imposible que los fondos se administren de mala forma. Simplemente no hay espacio para la arbitrariedad.

3. Rentabilidad escasa o nula: Se estima que de cada cien pesos que un cotizante tiene en el actual sistema de AFP, $80 son producto de la rentabilidad, es decir, por las decisiones de inversión que han tomado los expertos de cada administradora. Esto es así porque la misión de las AFP es hacer crecer los ahorros. ¿Será posible que un administrador estatal de fondos, recién llegado a este terreno, sea capaz de emular este desempeño? ¿Será posible que sus decisiones sean exclusivamente técnicas, de manera que no comprometa dicha rentabilidad? ¿Por qué cambiar un aspecto del sistema que funciona probadamente bien?

4.- No hay incentivos para cotizar: En un sistema de reparto no hay ningún incentivo para ser constante en el ahorro. Basta que uno complete un mínimo de cotizaciones para ganar el derecho a una pensión (salvo que uno tenga amigos políticos y obtenga una pensión de gracia, pero esa es otra historia). El punto es que después de cumplir con el mínimo de cotizaciones, no hay ningún incentivo para seguir cotizando. ¿Qué sentido tiene si mi pensión no va a mejorar? ¿No será mejor arreglar de manera informal con el empleador para tener esas lucas ahora en vez de dejarlas ir a un pozo sin fondo? Actualmente, cada peso adicional que pones en tu fondo de pensiones se destina a mejorar tu pensión. En el sistema de reparto, nunca será así.


5.- Uso político de los fondos: La creación de un sistema de pensiones de reparto generará en corto plazo un enorme fondo de recursos que será administrado por un ente estatal. Es decir, los políticos tendrán un enorme poder y tentación de populistas, como ya lo hemos visto recientemente. ¿Cómo podemos asegurar que ese ente tomará decisiones únicamente técnicas con esa plata? ¿Qué mecanismo impedirá que los fondos tengan un uso indebido, como ocurrió en Argentina? ¿Cómo se impedirán los abusos y los favores políticos? Nadie ha sabido entregar una respuesta a estas preguntas.